El instituto nace como un espacio de formación intercultural que problematiza y articula la transmisión de conocimientos ancestrales y contemporáneos de las naciones originarias desde perspectivas pluralistas, transdisciplinarias, decoloniales e interculturales.
El Instituto se inscribe en los procesos de libre determinación, de fortalecimiento político, económico, social y cultural que agencian históricamente los distintos actores de las naciones originarias. Es un espacio para el diálogo de saberes y conocimientos, constituyendo el primer Instituto con que cuenta la universidad conforme los lineamientos de su Plan Estratégico Institucional 2020 – 2024.
Aun cuando el pensamiento dominante intenta trazar una imagen homogénea del país en términos raciales y culturales, Chile es una nación eminentemente diversa, habitada ancestralmente por pueblos o naciones originarias que han contribuido significativamente al desarrollo de nuestra sociedad, entre los que cabe mencionar a las étnias Aymara, Quechua, Lican Antay, Diaguita, Rapa Nui, Coya, Mapuche, Kaweskar, Yagan y Selknam.
A nivel latinoamericano, Chile es el quinto país con mayor población indígena y, según el censo del año 2017, más de dos millones de personas afirman pertenecer a algún pueblo originario o indígena, lo que corresponde al 12,8% de la población total del país. El pueblo originario con mayor cantidad de integrantes es el mapuche (9,9% de la población chilena), seguido de los aymara, diaguitas, quechuas, lican antay, rapa nui y coyas. En términos geográficos, las naciones originarias se despliegan en todo el territorio nacional, siendo las regiones Metropolitana, La Araucanía, Arica-Parinacota y Aysén las que presentan la mayor concentración de personas indígenas.
Las cifras relativas a educación, solo por nombrar un área, dan cuenta de los altos niveles de desigualdad y exclusión, así como también de la ausencia de políticas nacionales para superar estas brechas, que tienen a la base una Constitución que no reconoce a nuestras naciones originarias.
Hoy, cuando una mayoría transversal con su movilización decidida abrió la oportunidad histórica de refundar el país a través del proceso constituyente en curso, la historia, saberes y tradiciones culturales de las naciones originarias deben ser incorporados al debate de una ciudadanía fortalecida en sus capacidades deliberativas. En su Declaración para los Derechos de los Pueblos Indígenas, ya en el año 2007 las Naciones Unidas afirmaba que estos “tienen derecho a la libre determinación, en virtud de lo cual determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural”; y que, “en ejercicio de su derecho de libre determinación, tienen derecho a la autonomía o al autogobierno en las cuestiones relacionadas con sus asuntos internos y locales, así como a disponer de los medios para financiar sus funciones autónomas”.
En este contexto, el gobierno local de Recoleta impulsa este espacio que busca articular la trayectoria de trabajo local con los desafíos de la actual etapa de transformaciones sociales y políticas que vive el país. La iniciativa es parte de una política local de pueblos originarios que, entre otras acciones, ha implementado la asignatura de lengua y cultura mapuche en doce establecimientos de la comuna y la Mesa Intercultural de Pueblos Originarios de Recoleta.