La Universidad Abierta de Recoleta en conjunto a la Asociación de Abogadas Feministas (Abofem) dictarán el curso Feminismo y nueva Constitución, pensado como aporte a la información y reflexión necesarias en un proceso constituyente inédito en la historia de Chile, y que adquiere más relevancia tras el resultado del plebiscito del 25 de octubre recién pasado.
Considerando las temáticas que se desarrollarán a lo largo del curso y que son de gran relevancia dado el momento histórico que está viviendo Chile para generar una nueva Constitución, conversamos con Camila Musante, abogada, subdirectora de Derecho Público de la Abofem, quien cree que “es una gran oportunidad para avanzar en materia de igualdad de género y perspectiva feminista”.
Musante ratifica la idea que “se abre la oportunidad histórica, de redactar una constitución, mediante un órgano integrado de forma paritaria y que las perspectivas feministas estén representadas en esa redacción. El reconocimiento y la garantía de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres; asegurar una vida libre de violencia, en particular, de la violencia de género; el reconocimiento del trabajo doméstico y de cuidados; y reconocer la diversidad de las mujeres que habitan nuestro territorio, serían los ejes fundamentales de la nueva carta política”.
Explica que algunos de esos derechos a modo ejemplificador, serían: derecho a la maternidad voluntaria, derecho al reconocimiento del trabajo realizado (reconocimiento formal del trabajo doméstico como labor productiva), derecho a la igualdad de remuneración por trabajos de igual valor, derecho al reconocimiento de las diversas familias e iguales derechos para todas las familias, derecho al buen vivir.
Consultada sobre la Convención Constitucional paritaria, señala que “debemos preguntarnos si la integración paritaria de la Convención Constitucional nos asegura una perspectiva feminista o al menos de género al elaborar el nuevo texto constitucional. Me parece que al menos, la paridad constituye una herramienta para asegurar el cumplimiento de los derechos políticos de las mujeres haciendo efectivo el principio de la igualdad, potenciando la autonomía en la toma de decisiones y colaborando en la desarticulación de estereotipos de género que han vulnerado históricamente los derechos de las mujeres. En definitiva, la implementación del principio de paridad contribuye a garantizar el principio de igualdad, promueve un debate más plural y diverso avanzando en la inclusión de la perspectiva de género en los asuntos públicos y garantiza la legitimidad democrática de los espacios de decisión”.
¿Cómo se rompe desde una nueva Constitución con la conceptualización patriarcal de una sociedad como la chilena?
El rol del feminismo debe ser estratégico y así lograr ganar los espacios y avanzar. No se debe confiar cien por ciento en la paridad o en las cuotas dentro de un proceso constituyente, sino que hay que elaborar un plan donde los distintos tipos de feminismos sean escuchados y representados en el texto constitucional porque, de lo contrario, se estaría segregando y discriminando a las minorías, lo que atenta contra uno de los pilares del movimiento feminista que surge a consecuencia de la opresión que sufren las mujeres por el sistema patriarcal. Es importante ver en este proceso una oportunidad para cambiar las cosas. Debemos reconocernos entre nosotras, la diversidad que existe, y cuánto tenemos para aportar. Lo que distingue a los feminismos es su vocación transversal de forzar los paradigmas disciplinares tradicionales. La movilización feminista y su expresión cultural, están derribando los paradigmas existentes atravesando todos los planos de una coyuntura social. Entendemos que el derecho es insuficiente para afirmar plenamente la igualdad femenina, ya que estructuralmente es incapaz de dar cuenta de la diferencia de sexos, por la historia y lógica que lo subyace. Sin embargo, hoy, la historia se está reescribiendo y desde la norma fundamental hacia abajo rearticularemos el lenguaje jurídico, las demandas sociales, e incluso deconstruiremos la estructura del ordenamiento jurídico actual, poniendo así, término a la cultura patriarcal.
¿Cómo se abordan los derechos sociales y los derechos humanos en clave feminista?
Los derechos sociales son una serie de derechos que permiten a las personas desarrollarse en autonomía y en igualdad. Mientras que los derechos humanos son aquellas condiciones instrumentales que le permiten a la persona su realización. Una perspectiva feminista debiera orientar a estos derechos a ser presupuestos materiales para un buen vivir.
Debe asegurarse a todas las personas por igual, condiciones para su desarrollo personal. Actualmente tenemos una igualdad formal, en la Constitución de 1980 se reconoce solo la igualdad ante la ley de hombres y mujeres, desconociendo la particularidad de las diferentes mujeres y sus situaciones. Debemos avanzar hacia una igualdad sustantiva para que los derechos sociales puedan concretarse y ser exigibles al Estado.
¿Se puede leer hoy el feminismo como una corriente política?
Lo personal sigue siendo político. Las feministas del nuevo milenio no podemos dejar de ser conscientes de que la opresión se ejerce en y a través de sus relaciones más íntimas, empezando por la más íntima de todas: la relación con el propio cuerpo. En ese sentido, el feminismo es una corriente política.
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