«Como una experiencia plena, auténtica y profundamente satisfactoria en todos los aspectos», calificó, Camila Segovia Andias, profesora de educación general básica, y docente de la Universidad Abierta de Recoleta, el curso Métodos de enseñanza para la lectoescritura comprensiva, que finalizó el pasado 25 de mayo.
Explica que fueron seis sesiones «cuidadosamente planeadas y articuladas para la adquisición de contenidos y habilidades esenciales para la lectoescritura comprensiva, con una implementación práctica respaldada por recursos y materiales didácticos». Añade la docente que «esta combinación creó un ambiente enriquecedor que promovió un aprendizaje basado en experiencias genuinas y significativas, con aplicaciones prácticas tanto en entornos educativos formales como en el cálido hogar familiar».
En relación a la participación de las y los estudiantes, Camila Segovia resalta con especial énfasis el compromiso y entusiasmo de estas y estos a lo largo del curso. «Su disposición para involucrarse activamente en las discusiones, colaborar en equipo y enfrentar los desafíos planteados en cada sesión, particularmente el reto de diseñar recursos para la enseñanza y el aprendizaje de la lectoescritura, fue realmente admirable», señala la educadora.
Señala también que «cada estudiante aportó una perspectiva única y valiosa al grupo, enriqueciendo así el proceso de aprendizaje colectivo. Además, la calidad excepcional de sus trabajos y proyectos demostró un nivel notable de comprensión y aplicación de los métodos enseñados. Su dedicación y esfuerzo fueron pilares fundamentales para el éxito del curso».
Explica que «fue verdaderamente gratificante ver cómo han progresado en esta materia, tanto como saberlos interesados por permanecer y continuar aprendiendo junto a la Universidad Abierta de Recoleta».
Finalmente la docente indica que su experiencia como docente en la UAR «ha sido profundamente enriquecedora en todos los sentidos. Desde el primer día, fui recibida con calidez y apoyo por parte del equipo a cargo de las gestiones educativas. La institución proporcionó un entorno propicio para la creatividad, la autonomía y la experimentación pedagógica, lo que me permitió desarrollar un curso que desafiara e inspirara a mis estudiantes. Trabajar con ellos, siendo un grupo tan diverso y talentoso de estudiantes, ha sido una experiencia inolvidable, de la cual he aprendido tanto como ellos de mí».
«Sin duda, concluye Segovia, mi tiempo como docente en la UAR ha fortalecido mi pasión por la enseñanza y mi compromiso con el aprendizaje continuo. Me llevo conmigo numerosos momentos significativos y estoy profundamente agradecida por la oportunidad de haber sido parte de esta comunidad educativa tan especial».