Hasta antes del anuncio que retrotrajo a la Región Metropolitana a la Fase 2 del plan Paso a Paso del Ministerio de Salud, los distintos cursos semipresenciales de la Universidad Abierta de Recoleta estaban completando su fase presencial, con sesiones los fines de semana donde, respetando las medidas de resguardo sanitario para las y los estudiantes, y las y los docentes, se cerraban los distintos ciclos de estos procesos formativos.
De acuerdo a lo que explica, Christián Reyes, director académico de la Universidad Abierta de Recoleta, “la modalidad semipresencial se desarrolló en esta segunda parte del año pensando en que podíamos aprovechar lo mejor de los dos mundos, del mundo virtual y del mundo presencial, pero desafortunadamente la situación del virus, de la pandemia, no nos ha permitido realizarla con la frecuencia que nosotros quisiéramos”.
Pese a eso, añade, “hemos tenido, una buena respuesta y hay que felicitar a las profesoras y los profesores, y a las y los estudiantes”. Concluye expresando que todos aquellos y todas aquellas que asistieron a las sesiones han planteado su satisfacción con la modalidad, y que ojalá la puedan volver a desarrollar a mediano plazo.
Para los docentes también ha sido una experiencia singular, así lo señala el docente del curso Analizando a las derechas: identidades, prácticas y culturas, Carlos Montecinos, quien señala que “todo esto ha sido bastante nuevo, y creo que los alumnos aún no se acostumbran al tipo de cursos, pero de a poco han ido enganchando más, y eso ha sido muy bueno”. Consultado sobre cómo los docentes se han tenido que adaptar al formato, Montecinos señaló que “la plataforma de la UAR es muy buena, entonces en ese sentido todo es bastante organizado y eso hace que sea más fácil el trabajo para nosotros”.
Por su parte las profesoras del curso Al otro lado del río, María Ignacia Silva y Manuela Zúñiga, señalaron que la experiencia remota ha sido compleja y que no es lo mismo que completamente presencial, y “no es fácil, ya que además estamos teniendo una situación social, política y económica muy intensa. En ningún sentido es fácil, tanto por el método como por el contexto en que estamos insertos”.
Añaden que tuvieron la experiencia de hacerlo el año pasado, y eso les permite tener un punto de comparación, pero “no podemos ser ajenas a todas las dificultades mencionadas, y no podemos dejar de pensar lo complejo que es separar los espacios dentro de la casa, y darle tiempo a tener clases que son voluntarias”.
Los estudiantes consultados valoran la modalidad, e indican, al igual que los docentes, las necesidades de adaptación que debieron enfrentar, pero señalan la comodidad que tuvieron por los horarios, y por las capacidades y disposición de los docentes. Coinciden que la Universidad Abierta de Recoleta les ofrece una gran oportunidad, valorando lo gratuito, ya que indican que cursos similares están a precios inaccesibles y con profesores que no tienen la misma categoría.