Propiciando un espacio de diálogo y debate respecto del rol que juega la atención primaria en el control y seguimiento a las personas en situación de discapacidad, dependencia y sus cuidadoras y cuidadores el Instituto de Discapacidad, Inclusión y Cuidados (IDIC) de la Universidad Abierta de Recoleta (UAR) y el Departamento de Salud de la Municipalidad de Recoleta, con el apoyo de la universidades de Chile y de Santiago de Chile, realizaron el foro Construyendo una Atención Primaria de Salud para todas y todos.
En la actividad participaron Marisol Prado, directora de un Centro de Salud Familiar (CESFAM) de la comuna de Recoleta. Ella es Médica Cirujana de la Universidad de Chile, Doctora en Psiquiatría y Psicología Clínica Universidad de Barcelona, y la primera mujer en asumir como presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile; Álvaro Besoain, Kinesiólogo de la Universidad de Chile, y cofundador del Núcleo Desarrollo Inclusivo de la Facultad de Medicina de la misma casa de estudios superiores; y Fabiola Rodríguez, Coordinadora del grupo de estudios críticos de discapacidad de la carrera de Terapia Ocupacional de la Universidad de Santiago de Chile.
La primera pregunta que abordaron los panelistas fue ¿qué tan importante es la Atención Primaria de Salud (APS) para entregar acceso a salud y acompañamiento a las personas con discapacidad, dependencia severa y sus cuidadores/as?
Prado indicó como primer aspecto que en el modelo que se implementa el comuna hay una responsabilidad social en la integración de los individuos en la atención de salud, y añadió que «es desde esa perspectiva que la atención primaria tiene muchas responsabilidades en el asumir la rehabilitación integral a las personas en esta situación, en la inserción en su comunidad con un enfoque biopsicosocial y asumir en su totalidad a las personas en esta situación de discapacidad, ya sea leve, transitoria o permanente, y también a la comunidad, entendiendo está no solamente es con los vecinos, sino que también a la familia, a los cuidadores, y a los que generan redes con ellos. Por lo tanto, la atención primaria juega un rol importantísimo y deberían jugar un rol aún más importante en estas políticas».
En tanto Besoaín manifestó que «la atención primaria tiene muchas herramientas para abarcar la complejidad de la discapacidad, no como algo difícil, sino como algo diverso, como algo sustantivo, que es lo necesario». Agregó que la atención primaria por su historia y su trabajo tiene la posibilidad de abarcar e ir más allá, más allá de implementar el programa, comprendiendo a la atención primaria como una estrategia y no como la ejecución del programa ministerial». Indicó, por ejemplo, que las personas con dependencia severa no solo requieren apoyos de salud, requieren una complejidad y una diversidad de elementos de apoyo, y ahí se vuelve necesaria la gestión, los liderazgos y también la institución para coordinar dichos recursos.
Por su parte Rodríguez indicó que «cuando hablamos de cuidado de personas con alta dependencia en general, está muy invisibilizado el rol de cuidado y de las cuidadoras. Cuando la persona tiene una situación de discapacidad y alta dependencia tiene su atención, pero a las cuidadoras en general no hay equipos especializados que hagan esos cuidados. Solo están los cuidados de salud mental o de salud física por dolencias particulares que se van haciendo aisladamente. Creo que muchos equipos de salud lo logran hacer igualmente, por el conocimiento que tienen de las personas a las que atienden, por las relaciones vinculares que se generan debido a que atienden a la mamá, a la abuelita, a todo el núcleo familiar que está rodeando a la persona con discapacidad».
Luego abordaron la consulta: ¿Cuáles son las principales barreras que enfrentan las personas con discapacidad, dependencia severa y sus cuidadoras/es para acceder a una atención de salud acorde a sus necesidades en la Atención Primaria de Salud en Chile?
Prado indicó que una de las barreras es «la invisibilidad que tenemos muchos con respecto a las personas con discapacidad, a las personas que están en una dependencia severa y también a sus cuidadores». Añadió que «creo que la pandemia va a marcar también un antes y un después en las acciones que realizaremos en la atención de salud. Ella ha develado muchas de las dificultades que tenemos en el acceso de estas personas a la atención de salud, y tenemos que actuar en el fortalecimiento de las comunidades y la acción que nosotros tenemos que ejercer en los territorios».
Besoaín señaló que una de las barreras o dificultades tienen que ver con fragmentación del sistema de salud, de la red de servicios de salud. Indicó que «es muy interesante que tengamos un hospital, por un lado, la atención primaria por otro lado, pero en Chile, en nuestro sistema es más fácil que un banco pueda acceder a cuáles son tus deudas, hasta la rifa que tú no pagaste con el colegio. Eso es más fácil que saber si tú tienes o no una cuestión de salud, una enfermedad. Y muchas veces son los propios pacientes los que tienen que gestionar muchos elementos de la atención clínica, ya que el sistema no lo hace».
Rodríguez manifestó en tanto que una barrera es invisibilizar la vida cotidiana de las personas y de sus redes, ya que muchas veces no se considera todas las dificultades que deben enfrentar para poder asistir a una hora médica o para cumplir con las indicaciones de las mismas. Y añadió que una barrera que se hace cada vez más presente es la falta de enfoque de género cuando hablamos de cuidado, tantas desde las personas afectadas, desde las cuidadoras, y desde las profesionales de salud que cumplen roles claves en el sistema.
Finalmente abordaron ¿cuáles son los principales desafíos para avanzar hacia una Atención Primaria de Salud inclusiva? ¿Qué rol juegan los gobiernos locales en este proceso? ¿Qué experiencias relevantes en este ámbito existen a nivel municipal?
Al respecto Prado indicó que «necesitamos hacer una modelación de nuestro pensamiento con respecto a que la integralidad no es sumar, sino que es incluir en todas las políticas y a todas las acciones que yo realice, y por otra parte creo que necesitamos mucha capacitación a los equipos de salud». Añadió que el rol del gobierno local es fundamental, el fortalecimiento de la junta de vecinos, el fortalecimiento del trabajo en los territorios, «que la atención primaria no se dé en los cuatro muros que tiene el CESFAM, sino que exista y es lo que hacemos en Recoleta en nuestros espacios, atención en el territorio».
Agregó Besoaín que, si bien en Chile se ha logrado mucho en inclusión, «tenemos que seguir logrando más cosas porque las desigualdades en el país son brutales y esa mirada inclusiva requiere entonces respetar la diversidad en su conjunto y no solamente respetar cuando hablamos de inclusivo como sinónimo de discapacidad, sino que tener una mirada bien diversa, bien compleja, porque eso nos permite entender todas las necesidades de las personas». Explicó que «creo que hay un algo que nos ha enseñado este proceso constituyente, y es que es necesaria una participación ciudadana, y los procesos de inclusión deben agregarle una participación vinculante, donde participen todas y todos».
Finalmente, Rodríguez manifestó que «para todos los profesionales de salud, no sólo para quienes trabajan en las APS es un desafió asumir nuestro rol como garantes de derecho, porque la rehabilitación y el acceso a la salud es un derecho, y creo que eso es un desafío transversal a todos los profesionales de salud nosotros». Indicó que «no estamos haciendo un favor a la persona por atenderla o por darle una hora o por hacerle una órtesis, y desde esa mirada creo que también en el territorio que es donde la APS más se mueve es necesario empezar a hacer tejido social».
Revisa el foro completo en Construyendo una Atención Primaria de Salud para todas y todos.