Este jueves 5 de mayo el Instituto de Discapacidad, Inclusión y Cuidados, IDIC, de la Universidad Abierta de Recoleta, realizó el foro “Los derechos sexo-afectivos de las personas con discapacidad”. La conversación, moderada por la Directora del IDIC, Alison Morales, reunió a Francesc Granja, español, co-fundador de Tandem Team y sexólogo; Diego Ramos, terapeuta ocupacional especialista en sexualidad y Carolina Pérez, Directora General de la Academia Latinoamericana de Inclusión.
El diálogo abrió una discusión que actualmente es un tabú en Chile: ¿Cómo viven su sexualidad las personas en situación de discapacidad física, mental o sensorial? La directora del IDIC, Alison Morales, inició el diálogo señalando que la conversación sobre la sexualidad en personas con discapacidad “siempre se hace desde la maternidad y la familia, y pocas veces desde el derecho a la sexualidad autónoma. Las personas con discapacidad tienen muchas más barreras para acceder a una sexualidad libre”.
Francesc Granja aseguró que “la sexualidad de las personas con discapacidad no es diferente de la sexualidad de las personas que no tienen sexualidad. Hay tantas sexualidades como personas. Cuando hablamos de derechos sexuales repetimos el mismo concepto, sólo hay que ir a la declaración que ha hecho la Asociación Mundial de Sexología y aplicarlos a las personas con discapacidad: derecho a la libertad sexual, derecho a la autonomía, derecho a la privacidad, derecho al placer sexual, que es algo que se obvia muchas veces. Nos ven en una silla de ruedas y dicen, bueno, estas personas tienen bastante con lo que tienen, para qué procurarles el placer. También el derecho a tomar decisiones reproductivas. Fundamental nos parece el derecho a la educación sexual”.
Para Carolina Pérez resulta muy difícil que se pueda avanzar en los derechos sexuales y reproductivos sin hablar de educación. “El derecho a la asistencia sexual, a un espacio seguro para llevarla a cabo. Hay que revisar que esos derechos sean protegidos. En las mallas curriculares de las universidades y sus carreras, como en Terapia Ocupacional, debe estar el trabajo de los derechos sexuales y reproductivos de las personas con discapacidad y su asistencia. Es fundamental que vaya más allá de las políticas públicas y la participación activa de las personas en situación de discapacidad”.
“Los derechos sexuales y reproductivos para personas con discapacidad son derechos humanos que nos merecemos por el mero hecho de existir. Las poblaciones marginadas, comunidad LGTBIQ+, población migrante, estos derechos que parecen ser básicos son vulnerados sistémica y sistemáticamente. Es una huella que ha dejado el abandono estatal. Ahondar en esta temática es mostrar ciertas heridas, y eso significa que podemos hacer algo para repararlas”, aseguró Diego Ramos. Y se pregunta: “¿Cómo logramos que estas vidas sean vidas ricas, en igualdad de condiciones que el resto de la población?”
Para un completo desarrollo de estos derechos, asegura Carolina Pérez, es necesario avanzar en derribar las barreras socioculturales y educativas: “Hay demasiado asistencialismo e infantilización hacia las personas en situación de discapacidad. La única manera de derribar esa ignorancia es con educación, como este tipo de conversaciones que estamos teniendo hoy”. Para esto, concluyen los exponentes, es fundamental la participación activa de las personas con discapacidad: “los problemas que enfrentamos más allá de lo físico son socioculturales. Y eso se puede enfrentar con educación, participación y con el acompañamiento del proceso constituyente actualmente en curso”, aseguró Carolina Pérez.