El 24 de agosto de 2015, Roser Bru, a los ochenta y tres años, recibe finalmente el Premio Nacional de Artes Plásticas. Ella era desde hacía mucho tiempo una pintora internacional y premiada en muchos países en Sudamérica, México y Europa. Sus obras están permanentemente expuestas en los mejores museos de Argentina, Colombia, México, Estados Unidos, Madrid, Barcelona y Berlín.
Dos semanas más tarde es hospitalizada por un cuadro neurológico grave, que posteriormente fue diagnosticado como Accidente Vascular Cerebral. Permaneció por cuatro semanas hospitalizada y en plena recuperación se fractura una cadera. Esta mujer activa y dinámica no se deja amilanar y auto trata estas desgracias con su arte: «La depresión la trato pintando”, y desde ese día siguió pintando durante seis días de la semana. Al comienzo con grandes dificultades.
Sus cuatro accidentes vasculares dificultaban la coordinación, el balance e incluso la fuerza. Pero tenazmente esta mujer chileno-catalana sobrepasó estas dificultades. Un año después de la ocurrencia de estos infartos cerebrales permitió que la estudiáramos desde el punto de vista neurológico y el rol del arte en su recuperación. Roser Bru estaba dibujando, pintando, creando colores e imágenes con tanto talento y maestría como antes de su enfermedad vascular cerebral.
En los análisis de su obra antes y después de su enfermedad, pintores y profesores de nuestra Universidad dedicada al arte, The Ontario College of Art, estuvieron maravillados de la persistencia de la creatividad y la excelencia, a pesar del extenso daño cerebral en áreas que son esenciales para la creación artística.
Esto fue tan importante que nuestro equipo presenta estos hallazgos en una revista muy prestigiada en neurociencias (Do painters need their whole brain to excell?, Neurocase, 2020,26-3 ,131-136).
Roser Bru nos ensenó, a neurocientíficos e historiadores de arte, que el cerebro del artista, independientemente del tipo del arte que crea y de la edad, resiste en forma muy efectiva las patologías neurológicas severas y extensas, y que el arte es una ayuda poderosa en la rehabilitación física, mental y, sobre todo, en la persistencia del arte a pesar del daño cerebral.
Luis Fornazzari
Miembro de los departamentos de Neurología y Psiquiatría de la Universidad de Toronto
Consejero Académico de la Universidad Abierta de Recoleta