Hace unos días, en un medio de circulación nacional, se publicó una columna difícil de catalogar, pues queda la duda de si en ella había simple ignorancia o abierta y evidente mala intención. Los juicios ahí expuestos carecían de punto de comparación, eran sesgados y sobre ideologizados. Lamentablemente, el mismo diario no nos dio derecho a réplica como la ley y la ética demandan, pero la verdad, tampoco esperábamos que fuera así.
Cómo poder catalogar el que se diga que la Universidad Abierta es publicidad engañosa, sin mencionar que el concepto actual de ‘Universidad’ que existe en nuestro país responde a la dictadura cívico-militar chilena, que concibió en sus leyes de amarre, a las mismas, como meras fábricas de títulos y grados a los que se accede mediante un pago, independiente si en ellas reina el espíritu de las universidades que es plantear la unidad en la diversidad.
Cómo poder catalogar que se omita la existencia de miles de universidades abiertas en países desarrollados, con una asociación estratégica con los gobiernos locales, que solo buscan democratizar el saber y el conocimiento, sin mediar dinero de por medio y sin pretender, como se ha dicho desde el inicio del proyecto, ni entregar títulos y grados y mucho menos competir con ellas, sino complementar su accionar.
Cómo poder catalogar el acusar de excentricidad una ordenanza que prohíbe el maltrato animal, cuando nuestra comunidad, a diferencia del autor, tiene un marco valórico que entiende al resto de la naturaleza como parte de su cuerpo inorgánico, al que debemos cuidar. Demás esta plantear que al prohibir, no solo se busca erradicar el maltrato existente sino también que en el futuro pueda surgir alguno que hoy, por simple fortuna no pueda darse en nuestro territorio.
Cómo poder catalogar las críticas a nuestra educación pública, si se omite que la educación de Recoleta hoy cuenta con la confianza de casi el doble de apoderados que en 2012; que hemos obtenido logros significativos en áreas en donde antes ni siquiera figurábamos y que seguramente al autor le da lo mismo, como es que nuestros estudiantes de la escuela Diferencial Santa Teresa de Ávila hoy sean campeones latinoamericanos de football down o que nuestros estudiantes del Taller de Debate sean campeones latinoamericanos de debate.
Como poder catalogar una columna que omite que hayamos bajado las deudas heredadas y que los reparos de Contraloría, no tienen nada que ver con mal uso ni pérdida de recursos. Es más, no existe dictamen alguno de Contraloría que acredite mal uso de Fondos de Subvención Escolar Preferencial (SEP), como el autor plantea. Cómo poder catalogar dicha columna si se omite que durante los últimos cinco años hemos estado entre las diez municipalidades más transparentes de Chile.
Cómo poder catalogar dicha columna si al analizar la situación de nuestras calles no se hace alusión alguna a que, en seis años, hemos pavimentado tres veces más que en los doce anteriores a nuestra administración, endosándonos a nosotros una deuda que claramente hemos ido saldando en la medida de nuestras posibilidades, lo que claramente es más difícil si se toma en consideración una injusticia, como es la tremenda asimetría de recursos que existe entre Recoleta y otras comunas como Las Condes, desde donde se escribe dicha columna, que nos supera casi en siete veces los recursos por habitantes.
Por último, como poder catalogar la intención de una columna que toma un estudio tremendamente cuestionado desde su metodología, como es el Estudio de Calidad de Vida de la Cámara chilena de la Construcción y la Universidad Católica de Chile, para cuestionar a un Gobierno Local, sin decir al menos, que más del 75% de los indicadores que ese estudio considera, no son gestionados ni están dentro de las atribuciones municipales, sin mencionar que algunos de esos indicadores plantean que la calidad de vida de una comuna depende, por ejemplo, de la cantidad de cajeros automáticos por cada diez mil habitantes o la cantidad de víctimas fatales en accidentes al año.
A pesar de ello, estamos orgullosos de «haber puesto a Recoleta en el Mapa Político Nacional», como plantea el autor, que parece haber hecho una supuesta visita que ni siquiera coincide con la realidad que expone, pero que claramente, jamás visitó antes, a partir de innovaciones como la Farmacia, Óptica e Inmobiliaria popular, Universidad Abierta, Salud en el Barrio, entre otros proyectos que dicho estudio no considera pero que le están mejorando la vida a miles de personas, aunque a muchos, como es evidente, les incomode y les duela.
Daniel Jadue
Alcalde de Recoleta