El próximo 18 de noviembre se inicia el curso digital Derechos Humanos y nueva Constitución que realiza la Universidad Abierta de Recoleta (UAR) en conjunto con el Observatorio de Derechos Humanos (ODH), y que tiene por objetivo conocer la importancia de la inclusión de los derechos humanos en el nuevo proceso constituyente, con el objeto de educar a la ciudadanía respecto de políticas de igualdad, diversidad, democracia, entre otras, para concientizar, formar y dar opinión a las y los ciudadanos.
Para conocer más aspectos del curso, de sus contenidos y del debate actual sobre la temática, la coordinadora del curso, la abogada Sofía Barrera, nos indica que «es importante recalcar que en la educación formal (ya sea básica, media e incluso universitaria) no existe un programa o línea de educación en derechos humanos como tal, que permita abarcar una educación en derechos humanos. Y es importante porque la educación en derechos humanos es fundamental para una democracia».
Consultada sobre la importancia de dictar este curso en el contexto actual de Chile considerando nuestra historia en relación a la violación a los derechos humanos, Barrera explica que «es relevante que los propios habitantes de un territorio conozcan sus derechos, sepan que es el Estado quien está obligado a respetarlos y garantizarlos, y más en un territorio como el del Estado de Chile, que tiene una historia marcada por la vulneración y violación a los derechos humanos. No es necesario ir tan lejos en nuestra historia, podemos observar la situación de lo derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en Chile, la situación de la inmigración en el norte, de los pueblos originarios, de trabajadores precarizados, y también, lamentablemente, la fuerte represión en las protestas que ha dejado heridos, mutilados y muertos».
Y añade que «este curso se sitúa en un contexto político social muy importante, cual es el proceso constituyente y redacción de nuestra primera constitución, nacida desde la soberanía del territorio. Y como tal nos plantea un desafío, con el cual como ODH estamos muy comprometido y felices por trabajar: “que los propios habitantes del territorio chileno sean quienes participen de este proceso: directamente, fiscalizando y opinando en todos nuestros espacios”. Y somos conscientes que para ello falta educación en derechos humanos, porque simplemente no existe, y porque tampoco forma parte de nuestra cultura e idiosincrasia. Y el curso se dicta con esa mirada crítica al actual ejercicio de los derechos humanos en Chile, pero también con la finalidad de que el propio estudiante sea quien forme esta mirada crítica y comprometida con los derechos humanos».
¿Cómo se abordan los derechos sociales, económico, culturales y ambientales como derechos humanos?
Estos derechos tienen como finalidad garantizar el bienestar económico, el acceso al trabajo, a la salud, a la educación y a la cultura, de forma tal que se asegure el desarrollo de las personas y de sus pueblos. En Chile, particularmente debido a nuestro modelo político- económico consagrado en la actual Constitución Política, estos derechos se encuentran casi en la línea de no ser reconocidos como tal, pues en su mayoría la constitución permite que sea el privado quien se encargue de su prestación como servicio, dejando al alero del mercado su acceso. Es más, nuestra constitución actual solo reconoce, a modo de ejemplo, un derecho ambiental ‘el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación’, pero no existe una verdadera garantía de reconocimiento y protección por parte del Estado de Chile hacia el cuidado del medio ambiente, primero en pro de protección de las personas y segundo reconociendo al medio ambiente como tal sin interpósito de la población, y eso nos ha llevado a vivir en un país que adolece de conflictos socioambientales lamentables, como por ejemplo las zonas de sacrificio.
Como organización no gubernamental al momento de plantearnos este curso pensamos en la importancia de entender y comprender los derechos sociales, económicos, culturales y ambientales como derechos humanos. Quizás suene un poco tautológico, pero lamentablemente en Chile el mismo modelo económico y el discurso imperante en los últimos años, ha llevado a inequívocas conclusiones de que estos derechos no son derechos, entonces lo primero es abordarlos como derechos. Y lo segundo, pero no menos importantes, es abordarlos considerando que son fundamentales para la vida digna de todas, todos y todes en el territorio chileno, entendiendo que, si estos derechos no están garantizados para todos, difícilmente las personas y los pueblos en Chile tendrán un desarrollo equitativo, y, por tanto, el mismo respeto a su libertad y dignidad, que es lo básico que podemos esperar en una democracia donde todos somos iguales.
Personalmente, considero que estos derechos actualmente son claves en el proceso constituyente que estamos viviendo, y también en la crisis climática y ecológica que enfrentamos, que esperamos se aborde desde el plano de la justicia ambiental. Y todo ello, esperamos poder abordarlo en el curso desde una mirada crítica.
¿Qué debería incluir nuestra nueva constitución para lograr el respeto de los derechos humanos?
Esa es una pregunta muy compleja. Podría simplemente decir que basta con la consagración de una lista de derechos, pero es mentira. Sin ir muy lejos, el Estado Chileno está obligado al respetar y garantizar una larga lista de derechos humanos, porque ha ratificado instrumentos y tratados internacionales que así lo establecen. Pero en la práctica podemos ver que eso no se ha cumplido. Entonces sí, lo primero es reconocer e incluir los derechos humanos y derechos ambientales en la nueva constitución y reconocer realmente los derechos sociales, económicos y cultures, los derechos de los distintos pueblos originarios que habitan el territorio chileno, los derechos de las diversidades, disidencias y mujeres -entre otros-.
Pero también es importante pensar que no basta solo con un reconocimiento, también requerimos de un modelo político- social-económico que salga de esta lógica subsidiaria que mandata la actual constitución y realmente permita el acceso a los derechos para todas, todos y todes. Pensar en una ‘sala de máquinas de la Constitución’ como dice Roberto Gargarella, constitucionalista argentino, que le de sustento a estos derechos y permitan, cuando la futura constitución este en ejercicio, crear políticas públicas que garanticen los derechos humanos. Establecer un modelo que tenga el foco en que todos podamos acceder a estos derechos, no solo quien puede pagarlo. Y también una democracia más directa, donde todes podamos realmente estar informados y participar.