Con la participación de seis especialistas del mundo académico, social y del trabajo de México, Argentina y Chile, el martes 4 de octubre se efectuó este encuentro virtual organizado por el Instituto de Economía Política de la Universidad Abierta de Recoleta (UAR). Revisa aquí el video de la transmisión.
Para dar comienzo al debate, Daniel Jadue abordó las aristas más políticas del TPP-11, reflexionando en torno a la responsabilidad del Presidente de retirar el proyecto del Congreso y cumplir con lo pactado en el programa de gobierno acerca de no aprobar Tratados de Libre Comercio sin la discusión ciudadana previa: “[El tratado] se impulsa desde el gobierno, porque es la entrada de los nuevos ministros los que ponen sobre la mesa esta discusión sin que se haya discutido nunca en la coalición de gobierno avanzar en esta dirección, sobre todo porque el Frente Amplio manifestó una posición contraria”, declaró.
Lucía Sepúlveda, periodista y vocera de Chile mejor sin TLC y la coordinadora No al TPP, hizo un llamado al Presidente Boric desde las organizaciones sociales: “Le pedimos en una carta que retire el TPP-11, que se olvide de las cartas laterales. En junio, cuando él empezó a anunciar esto en sus visitas al exterior, nos dimos cuenta para dónde iba. En ese momento hubo una reacción preliminar de 140 organizaciones que hoy, con la coordinadora No al TPP, ya van en 170 organizaciones que se han dirigido al Presidente, sin respuesta alguna, pero planteando lo mismo: retire el TPP, porque acá no hay otra salida”.
En tanto, el profesor de la UAM-Iztapalapa, Alberto Arroyo, explicó el contexto de los Tratados de Libre Comercio (TLC) y cómo estos funcionan: “Los TLC no son acuerdos simplemente para facilitar el intercambio de mercancías, son un marco legal, internacional, que vuelve constitucional el esquema neoliberal. Los TLC nacieron como un seguro político y económico de los grandes inversionistas extranjeros frente a cualquier cambio de gobierno que persiga superar la orientación neoliberal”. Mencionó también que Chile es el país que más TLC ha suscrito en Latinoamérica, y que no es necesario firmar el TPP-11 toda vez que ya tiene tratados con la mayoría de los países que suscriben este acuerdo.
Por su parte, Horacio Fuentes, presidente de la Confederación de Trabajadores Metalúrgicos (Construmat) y del sindicato Proacer, consejero nacional CUT y parte de la Coordinadora No + AFP, responsabilizó al modelo extractivista de materias primas de Chile como el culpable del estancamiento de la economía en el país. Bajo esa línea, mencionó que si Chile “el día de mañana quiere poner una siderúrgica, una fundición que refine nuestro cobre, y que nuestro cobre quede manufacturado, lo más probable es que, si eso afecta a las economías mayores, nos podamos ver expuestos a una acusación en estos malditos tribunales internacionales donde el Estado de Chile no tiene nada que decir y más bien son ad hoc a las trasnacionales”. La industrialización traería en ese sentido, según Fuentes, trabajos decentes y estables, contrario a lo que pasaría de suscribirse al TPP-11.
En este aspecto, Lucía Fuentes también mencionó que “en el ámbito laboral, no se protegen todos los derechos que se han ido incorporando en la legislación, sino solamente lo que la OIT firmó en el año 80, por tanto cuestiones como las vacaciones pagadas, el posnatal, las licencias por enfermedad de hijos, cuestiones por las que estamos luchando todavía, podrían verse afectadas por el tratado”.
A su vez, José Pérez, presidente de la ANEF, sostuvo que “este acuerdo comercial nos impone restricciones a la capacidad regulatoria de los gobiernos de turno. Pero para nosotros en particular, quienes abrazamos el trabajo y la vocación pública, atenta contra esa función pública estratégica, atenta también contra el empleo público y sus servicios. Además de limitar la capacidad de acción de las empresas y monopolios del Estado”.
Por su parte, la académica argentina Luciana Ghiotto, coordinadora de la Plataforma América Latina mejor sin TLC, precisó el alcance de las side letters: “Nos quieren explicar que las side letters, las cartas anexas que se agregarían al TPP-11 tal cual existe, modificarían positivamente el contenido del tratado. Estamos hablando de un tratado que tiene 30 capítulos, de los cuales uno es el que el gobierno está poniendo en cuestión, que es el capítulo de inversiones”.
David Debrott, coordinador del encuentro y director del Instituto de Economía Política de la UAR, realizó una presentación donde ilustró cómo impactarían en la economía chilena las side letters:
“Esta estrategia es completamente ilusoria, son básicamente excepciones a lo que está acordado en el texto principal del acuerdo y está muy relacionado con el tema de relación de inversiones. Solamente Canadá tiene un tamaño considerable de inversiones en Chile, a diferencia de Nueva Zelanda, que es muy bajo. Por lo tanto el peso que tienen las distintas side letters que se puedan conseguir es muy distinto. La verdad es que esa estrategia, si es que se llegara a conseguir y fuera en los términos de una excepción importante sería por el lado de Canadá, en el resto no pesan nada”, afirmó.
Revista el registro audiovisual completo del encuentro «No al TPP11: miradas críticas desde el mundo académico, social y sindical latinoamericano», aquí.