Este breve artículo se divide en dos partes: la primera está orientada a visibilizar las necesidades de las personas de mayor edad, en este contexto de crisis sanitaria, a familiares (adultos y niños); mientras que la segunda entrega sugerencias directas.

Cabe señalar que no todos tendrán las mismas características y que esta guía constituye una aproximación general y deberá aplicarse siempre con criterio y respeto de las preferencias y requerimientos de cada persona.

Mamá, papá, ¿Por qué tiene susto la abuelo (el abuelo)?
– Porque saben que hay un virus muy contagioso y que puede llegar a ser mortal, pero no entienden bien qué está pasando.
– Porque ha escuchado que está en un grupo de riesgo.
– Porque en este país las pensiones son miserables y si se enferma no va a tener dinero para pagar.
– Porque sabe que si tiene que ir al hospital o consultorio le van a preguntar cosas que no sabe si va a poder contestar y se pone nerviosa (o).
– Porque la gente anda apurada y algunos se enojan con ellos porque no entienden.
– Porque no le gusta el computador… y a veces creo que no le interesa tampoco.
– Le gusta hablar con otros, con sus amigos y vecinos y ahora no los puede ver.
– Le dicen que haga todo por internet y se enoja: quiere hacerlo por teléfono, como antes.
– Porque no le gusta que le cambien sus cosas de lugar y necesita tranquilidad y silencio.
– A veces siente que no sirve para nada, porque no le cuentan lo que está pasando y entonces se pone triste, se acuerda de sus amigos que no están y se pone mal.
– A veces se siente molestando y extraña su casa cuando podía disponer de lo suyo.
– Porque muchos de sus familiares, amigos y conocidos ya han muerto por diferentes causas y eso lo hace sentir triste y a veces sola (o).

¿Y qué necesita?
– Sentir que todavía es útil y tiene valor de verdad.
– Sentir nuestro cariño y también, que le tengamos paciencia.
– Que nos ayude en las cosas de la casa que pueda hacer.
– Que le dejemos su espacio y sus cosas tranquilas.
– Saber entender cuando quiere estar activa (o) y con nosotros y cuando prefiere estar sola (o).
– Hacerle nosotros sus trámites por el computador en su compañía.
– Marcarle una video llamada con algún pariente; amiga o amigo que quiera ver.
– Programar actividades a distancia con los nietos: cantar una canción, hacer un dibujo, contar
chistes.
– Visitarlo con las medidas de precaución, mascarillas y distancias mínimas recomendadas.
– Necesita tener controladas sus enfermedades: controlar el azúcar en su sangre, el colesterol, la presión arterial y los dolores articulares.
– Necesita que le ayudemos a desplazarse, si tiene problemas para hacerlo sola (solo).
– Mostrarle que nosotros queremos que esté bien, respetando sus necesidades. Demostrarle que estar y ayudarla (o) no es una molestia, sino un aprendizaje en conjunto.

¿Y por qué cuando salto o juego cerca a veces se asusta?
Porque con la edad los reflejos se vuelven más lentos, los sentidos son menos precisos. Tienen necesidad de anticipar lo que viene y necesitan más tiempo para procesar las cosas. Si se sienten presionados, les cuesta más reaccionar correctamente y entender.

¿Y si juego con ellos, le ayuda?
Moverse les hace bien, pero hay que adecuarse a su ritmo. Divertirse de diferentes maneras es lo que les hace mejor.

¿Y qué más podría hacer?
– Darle tiempo, tenerle paciencia, ayudarle a comprar las cosas que necesita. Fijarnos en sus necesidades de aseo cuando no puedan hacerlo bien por sí mismos.
– Escucharlos y pedirle que nos cuente historias de cuando eran jóvenes.
– Pedirle ayuda en cosas que puedan hacer y que sirvan de verdad, para que se sientan sinceramente valorados.
– Darnos tiempo para preguntarles cómo se sienten, si están preocupados, si tienen miedo y darnos el tiempo para saber escucharlos y nunca, en ninguna circunstancia, reírnos de ellos.
– ¿Te acuerdas de esa música que le gusta? pongámosle esa música y veamos qué nos dice.

Algunas ideas que le podrían ayudar a los adultos mayores:
– Mantén los vínculos afectivos: el contacto con personas, amigos, familiares a través de canales seguros como el teléfono o las videollamadas. No te quedes solo: el aislamiento prolongado hace mal.
– Mantente activo: camina, haz el jardín o huerta si dispone de un pedazo de tierra o balcón. Si te gusta bailar, baila ese ritmo que te gusta.
– Usa siempre mascarillas y guantes si es que tiene que salir de casa. Lava tus manos al regresar.
– Ten cuidado con servicios de ayuda ofrecidos por desconocidos; prefiere los servicios de salud de tu comuna y trata de estar acompañado por algún amigo, vecino o familiar cuando los recibas por primera vez. Algunos se aprovechan e intentan el robo o la estafa.
– Ejercita la mente a través de juegos: puzzle, sudoku, ajedrez o rompecabezas.
– Si tienes un pasatiempo, hobby o lectura, aprovecha de dedicarte a ello ¡Este es el mejor momento para hacerlo!
– La memoria es una función que se deteriora con los años, pero al ejercitarla, se conserva de mejor manera. Trata de hacer ejercicios de memoria de cosas que sean útiles y necesarias para ti. Puedes escribir listados de palabras, memorizarlas y dejar pasar un tiempo, unos minutos, luego tratar de recordar y cotejar con tu listado para ver cuánto has retenido. Insiste y mejorarás poco a poco.
– Ten a mano una libreta con números de teléfono del CESFAM, consultorio o SAMU de tu comuna. Asegúrate que esos números son correctos y están actualizados.
– Es necesario que mantengas vigiladas tus enfermedades de base con consultas regulares a tu médico. Si pueden ir a casa ¡mejor! Algunos municipios ya tienen disponibles este servicio.
– Ten cuidado con las llamadas de teléfono de ofertas especiales, créditos extraordinarios o que solicitan datos personales. – No entregues tu dirección, Rut o claves comerciales a desconocidos.
– Mantén tus contactos personales vivos, aprovecha las llamadas, los mensajes o escribir cartas.
– Demuestra tus afectos a amigos o familiares y permítete recibirlos de vuelta. Es lo mejor que puedes hacer para cuidarte y estar mejor en esta cuarentena.

Joseph Bandet
Psicólogo, psicoanalista
Magíster en psicología clínica. Dr. en psicoanálisis
Docente de la Universidad Abierta de Recoleta